La buena noticias es que existe un
programa que te permite hacerlo. La mala nocitia es que deberás
pagar 14,95 dólares por mes.
¿Qué
están haciendo tus hijos con Instagram, WhatsApp o, más
recientemente si son algo más talluditos, en Tinder? Es el reclamo
que utiliza TeenSafe pero que puede ser también un acicate para
algunas parejas en las que una de las partes es más celosa. Y
es que con este servicio online, que cuesta 14,95 dólares al mes,
nos podemos inmiscuir en las conversaciones de otra persona -
supuestamente un menor a nuestro cargo - para leer todos sus
WhatsApp, estar al tanto de lo que hace o deja de hacer en Instagram
y, ahora, también de sus "ligoteos" en Tinder.
Pero
TeenSafe, que repetimos, se vende como un método para que los padres
más preocupados por temas como el cyberbulling o el acoso sexual de
algún pederasta - aunque simplemente será por estar al tanto de lo
que hace su retoño en ese mundo tan ajeno para ellos como son las
redes sociales -, no sólo permite esto sino que nos da acceso a un
completo registro de llamadas y mensajes en el terminal, incluyendo
los de servicios como iMessage o KiK messenger, así como un acceso a
su agenda de contactos de forma remota además de conocer en todo
momento la posición GPS del dispositivo.
¿Cómo se instala este "espía"?
La
instalación es diferente para iPhone y para Android. En el caso de
los teléfonos de Apple es tremendamente sencillo ya que no hace
falta ni tener el móvil en la mano, sólo habrá que contar con el
Apple ID que se usa en el teléfono, es decir, el nombre y la
contraseña para los servicios de Apple, y listo, con una cuenta al
corriente de pago de TeenSafe podemos acceder a todo el contenido.
En
el caso de Android, donde está limitado el acceso, por ejemplo, a
WhatsApp que no se podría "espiar", la cosa se complica
porque tenemos que tener a mano el móvil. Y es que habrá que
instalar una aplicación que se mantendrá oculta y que,
probablemente, el que la lleva instalada nunca se dará cuenta de que
está ahí.
Ética y legalidad en cuestión
Y
es que es donde TeenSafe entra en un terreno gris. En teoría, si
hablamos de un menor podría haber algún resquicio legal por el que
podríamos salvarnos al violar así su intimidad, algo que si se lo
aplicamos a un adulto no vamos a tener tanta suerte. Por otra parte,
si nos metemos ya en temas morales, está claro que la falta de
confianza que se demuestra nos puede traer más de un quebradero de
cabeza.
Sin
entrar en una y otra opción, ya dejamos a cada cual con su
conciencia si quiere o no utilizar este servicio.
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