miércoles, 11 de mayo de 2016

La historia de Für Elize, de Beethoven

El 26 de abril de 1810, Ludwig van Beethoven (1770-1827) asistió a un recital de una niña prodigio. Todo iba perfectamente hasta que la niña intentó una pieza del propio Beethoven y se atascó. La pequeña se aturdió tanto que abandonó la sala a la carrera entre sollozos. Beethoven fue tras ella y le preguntó por qué no había podido proseguir su pieza. La niña respondió que todas sus composiciones eran muy difíciles. Para tranquilizarla, el músico, prometió componerle una sonata sólo para ella. Muy poco después (algunos dicen que al día siguiente), la joven pianista recibió la partitura de una obra que, con el tiempo, pasaría a formar parte del canon pianístico mundial.

La obra era una bagatela para piano solo, compuesta en la menor, a la que Beethoven, como es lógico, había puesto el título de Para Teresa, en cariñoso homenaje al nombre de pila de la niña. Pero cuando en 1867 Ludwig Nohl redescubrió la pieza la transcribió erróneamente, por la mala legibilidad del autógrafo del compositor, como Para Elisa o Elisa Wo O. 59. Todo ello, caso de ser cierto que existe tal partitura, pues la transcripción de Nohl está supuestamente basada en un manuscrito autógrafo de cuya existencia no existe prueba alguna.


El musicólogo y pianista Luca Chiantore ha demostrado en su monografía Beethoven al piano (Barcelona, 2010) que existen pruebas suficientes como para afirmar que Beethoven no fue quien dio la forma definitiva a esta obra y que Nohl se basó, en realidad, en los esbozos del conocido manuscrito 116 de la Beethoven Haus. La mencionada Teresa podría ser Therese Malfatti von Rohrenbach zu Dezza (1792- 1851), joven alumna de Beethoven, a la que este se declaró en 1810, aunque ella prefirió casarse con un noble funcionario estatal austriaco, Wilhelm von Drossdik en 1816.

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