miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Qué provoco realmente el hundimiento del Titanic?


Según la nieta del segundo oficial del buque, el hundimiento del Titanic en su viaje inaugural de Southampton a Nueva York en abril de 1912 no se debió a que iba demasiado rápido y a que la tripulación sólo vio el iceberg cuando era demasiado tarde, sino a un error concreto del timonel. Según una nueva versión de lo ocurrido, la tripulación vio a tiempo el iceberg, pese a lo cual el buque se estrelló contra la masa de hielo por culpa de ese error, mantenido en secreto por el segundo oficial del transatlántico, Charles Lightoller, que sobrevivió al hundimiento. La nieta del oficial, la escritora Louise Patten, de 56 años, revela lo ocurrido en su novela Good as Gold. Su abuelo murió antes de que ella naciera, pero Patten vivió con la mujer de aquel, que le contó lo verdaderamente sucedido. El error, que costó la vida a mil quinientas diecisiete personas, se produjo porque en el buque había dos sistemas de gobierno sometidos a dos mandos distintos, uno situado frente al otro. Era la época de transición de la navegación a vela a la de vapor, y la mayoría de los navegantes de entonces, incluidos muchos oficiales del Titanic, habían estado antes al mando de buques de vela. De ahí que estuvieran acostumbrados a dar órdenes según el viejo sistema, lo que significa que si uno quería que el barco fuese en una dirección, había que girar el timón en la opuesta.

El nuevo sistema era, por el contrario, como conducir un automóvil: se mueve el volante en la misma dirección en la que se quiere que vaya el coche. La orden de girar a babor significaba pues que había que girar la rueda a la derecha bajo el viejo sistema y a la izquierda, según el nuevo. Cuando el primer oficial, William Murdoch, avistó el iceberg a dos millas de distancia, dio la orden de «fuerte a estribor» y fue malinterpretado por su subordinado Robert Hitchins, que viró el buque a la derecha en lugar de a la izquierda. Aunque casi inmediatamente se le advirtió del error y se le dijo que lo corrigiera, era ya demasiado tarde. No obstante, no fue este el único fallo ocurrido aquella trágica noche. Para agravar ese error fundamental Bruce Ismay, presidente de la compañía propietaria del buque, la White Star Line, fue al puesto de mando y convenció al capitán del Titanic de que siguiese navegando en lugar de frenar en la falsa creencia de que el buque era insumergible. Eso hizo que aumentara la presión del agua que entraba por elcasco averiado, por lo que el Titanic tardó mucho menos tiempo en hundirse de lo que hubiera sido normal en otras circunstancias.


Charles Lightoller mantuvo en secreto esos errores durante las pesquisas que se llevaron a cabo a ambos lados del Atlántico por temor a una bancarrota de la naviera si se conocía la verdad. Pero hubo más errores relacionados con el naufragio del Titanic y sus catastróficas consecuencias. Cuando se lanzaron las bengalas de color blanco (señal internacional de auxilio), varias embarcaciones cercanas pensaron que se trataba de luces originadas por algún festejo en el Titanic. El azar sin embargo, tuvo más protagonismo en la tragedia. Si el Titanic hubiese chocado de proa contra el témpano, se habría podido mantener a flote, con sólo dos compartimentos inundados, lo que le habría permitido incluso seguir navegando. Si el telegrafista del buque, Jack Phillips hubiera comunicado los últimos partes de las 22 y 23 horas del SS Californian al puente, tal vez se hubieran tomado las precauciones adecuadas. Si el Titanic hubiera dispuesto de cinco segundos más a la hora de divisar el témpano, se hubiera evitado la colisión. Con cinco segundos menos, el buque se hubiera estrellado de frente y seguramente hubiera resistido el envite. Si el primer oficial Murdoch no hubiese dado la orden de marcha atrás, junto a la de viraje, el Titanic habría evitado el témpano por escaso margen, pues quitó presión de viraje al timón. Si esa noche hubiese habido viento, o simplemente si los vigías hubiesen tenido prismáticos, es posible que el témpano hubiese sido avistado antes, evitándose la catástrofe. Si el SS Californian hubiera acudido al instante, habría podido rescatar a la mayoría del pasaje del Titanic. Si en los astilleros de Belfast no hubieran construido el casco del Titanic con materiales defectuosos, posiblemente el barco hubiera aguantado el impacto, ya que la fuerza de presión del iceberg fue de seismil quinientas toneladas y el barco sólo podía aguantar cuatro mil y no las seis mil anunciadas

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